El Valle del Guadarranque es uno de los primeros valles de las estribaciones de Los Montes de Toledo que se adentran en la provincia de Cáceres, por el discurre el río del mismo nombre durante unos 30 kilómetros en los que no hay ninguna población, solo algunas casas aisladas de grandes fincas de caza, algunas como «Valdepuercas», de 18000 hectáreas propiedad del empresario José María Aristrain y sobre el que pesa una acusación por el mayor fraude fiscal a Hacienda (210 millones de euros). También podemos encontrar en este valle el Coto Regional de Matallana, 10,000 hectáreas catalogadas en su mayor parte como «Monte de Utilidad Pública», gestionado por la administración autonómica extremeña y que en realidad no permite otra ninguna actividad diferente a la caza.
La observación de fauna en este lugar es todo un espectáculo, multitud de rapaces anidan en los riscos cuarcíticos que encontramos repartidos por todo el valle , las repoblaciones de pinos y los alcornoques de las laderas sirven de lugar de nidificación para las rapaces más pequeñas, ríos y arroyos que mantienen parte de su caudal todo el año añaden el agua necesaria para la vida de todos sus habitantes, pero si algo destaca en este paisaje, es la gran cantidad de cérvidos y jabalíes, una «sobre-explotación» incentivada durante muchos años por los cotos de caza y que en muchos lugares está provocando la escasa o nula regeneración de la flora autóctona existente, con algunas especies tan raras como el loro «prunus lusitánica», que encuentra en estas laderas y gargantas uno de sus últimos reductos.