Romangordo, un pequeño pueblo cacereño, de poco más de doscientos habitantes, cuenta desde el 2016 con un proyecto para recordar viejos oficios y el estilo de vida de antaño a través de pinturas murales y graffitis, un proyecto que no solo nos recuerda y nos transporta al pasado sino que está convirtiéndose en un atractivo turístico importante para este pequeño pueblo extremeño.
Los Graffitis y murales han sido realizados por estudiantes de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid y por el colectivo extremeño Muro Crítico, especializados en los trampantojos, ilusiones ópticas que engañan a nuestra vista a la vez que juegan con los elementos naturales del entorno.