Cuando parecía que el invierno había terminado, los árboles, confiados de que llegaba el calor empezaban a brotar un nuevo año, los pájaros buscaban entre la reciente hierba los insectos que se escondían y todo parecía indicar que el calor volvería a estas tierras, que dejaríamos el abrigo aparcado en el fondo del armario, pero nada más lejos de la realidad, hoy el tiempo, a finales de este mes de marzo, nos a vuelto a sorprender cubriendo las viejas rocas del Geoparque Villuercas Ibores Jara de un manto blanco.