Las tardes de lluvia en este paraje extremeño se vuelven mágicas, las rocas parecen cobrar vida, la imaginación rebosa a cada paso mientras que las gotas de agua resbalan por las peñas graníticas igual que lágrimas buscando la verde hierba de la primavera, y en el cielo, el arcoiris ilumina una bonita tarde, un cuento, un deseo … una realidad.